"Los habitantes que no se convirtieron al cristianismo tuvieron que marcharse a África. 100.000 musulmanes tomaron dirección a África"
Tras casi diez años de guerra, en 1492 los Reyes Católicos pusieron sitio a la capital del reino nazarí de Granada. Su caída era cuestión de tiempo, y Boabdil, el sultán granadino, sólo tenía una opción: rendirse.
Boabdil entregando las llaves de la ciudad de Granada a los reyes católicos. 2 de enero de 1492
La guerra de Granada fue el conjunto de campañas militares que tuvieron lugar entre 1482 y 1492, emprendidas por la reina Isabel I de Castilla y su esposo el rey Fernando II de Aragón en el interior del reino nazarí de Granada, que culminaron con la Capitulaciones de Granada del rey Boabdil, quien había oscilado entre la alianza, el doble juego, la contemporización y el enfrentamiento abierto con ambos bandos y que tuvo como consecuencias la integración en la Corona de Castilla del último reino musulmán de la península ibérica finalizándose el proceso histórico de la Reconquista que los reinos cristianos habían comenzado en el siglo VIII y por el cual el papa Alejandro VI reconoció a Isabel y Fernando con el título de Reyes Católicos en 1496.
Los diez años de guerra no fueron un esfuerzo continuo: solía marcar un ritmo estacional de campañas iniciadas en primavera y detenidas en el invierno.
Por su parte los musulmanes entrarían y saldrían de España por la misma causa última: los conflictos internos y sus derrotas en batalla. Tras la sucesión precipitada de nueve califas en menos de 30 años, en 1031 desaparece definitivamente el califato de Córdoba. De él brotaría un nuevo y complejo puzzle de entidades políticas, enfrentadas las más de las veces. Córdoba había estallado y a la España cristiana no le fue difícil recoger los cascotes. Recuperarlos. Reconquistarlos. El enemigo ya no era un imperio, era Huelva, era Almería, Badajoz, Toledo, Valencia o Zaragoza. Así hasta 27 taifas o banderías, como las llamaban los cristianos.
Situación peninsular antes de la toma de Granada.
La Guerra de Granada, a pesar de mantener muchos rasgos de la Edad Media, fue una de las primeras guerras de la Edad Moderna, por el armamento y tácticas empleadas (más que batallas en campo abierto, fueron decisivos los asedios resueltos con artillería, y las maquiavélicas maniobras políticas, aunque no faltaron ejemplos de heroísmo caballeresco, también propios de la época).
Por la parte cristiana hubo una nueva formación militar mixta de artillería e infantería dotada de armamento combinado (picas, espingardas, más tarde arcabuces...), con utilización menor de la caballería que en las guerras medievales. Esta innovadora unidad militar fue conocida posteriormente como tercios. A los pocos años se utilizaron con éxito en las Guerras de Italia al mando de un militar experimentado en las campañas andaluzas: Gonzalo Fernández de Córdoba o el Gran Capitán.
En cuanto a los costes financieros, fueron inmensos. Algunos autores cifran de mil millones de maravedíes para la Corona y otro tanto para los demás agentes que intervinieron.
Puede sorprender que la conquista durara nada menos que diez años, pero es que no fue en modo alguno una guerra fácil. Las fuerzas que los Reyes Católicos tienen a su disposición no son muy numerosas. Algunas crónicas aportan cifras fabulosas, de hasta 80.000 hombres, pero la verdad es que la mayor parte de la gente que se movilizaba eran tropas auxiliares para servicios de intendencia y de transporte. Por otro lado, la geografía del Reino de Granada, lleno de serranías, impedía librar grandes batallas campales. De manera que las batallas de la guerra de Granada serán largos episodios de sitio y asedio de fortalezas.
Situación del reino de Granada durante la guerra.
En una guerra así, los nazaríes pueden resistir con alguna comodidad. Pero el Reino de Granada tenía dentro su propio cáncer: la enemistad a muerte en el interior de la familia real. El sultán llamado Muley Hacén en las crónicas cristianas, está en guerra con su hijo Boabdil. Muley Hacén se apoya en un poderoso clan, los abencerrajes, pero éstos se insubordinan. Así que el sultán tiene que huir junto a su hermano llamado en las crónicas El Zagal, y se hace fuerte en Málaga. Cuando muere Muley Hacén, El Zagal reclama el trono. Mientras tanto, Boabdil (su sobrino) reina en la ciudad de Granada. La situación es caótica: el Zagal combate a los cristianos por su lado, Boabdil hace lo propio por el suyo, y a la vez ambos bandos moros se enfrentan entre sí.
Así ocurren los hechos:
27 de diciembre de 1481. Inicio de la guerra de Granada. El sultán Muley Hacen, Abusalan y el gobernador de Ronda, Ahmad al-Zagrí, toman la fortaleza de Zahara, donde toda la población cristiana es asesinada. Consecuencia de la traición perpetrada por los nazaríes, estaba vigente un tratado de paz entre las partes, los cristianos desencadena la Guerra de Granada contra el reino Nazarí.
1482. El 1 de marzo los cristianos toman por sorpresa Alhama, punto estratégico por su corta distancia, tan solo 55 km, a Granada. Los moros intentaron reconquistar varias veces Alhama , llegan a ofrecer 30.000 doblas de oro, la ciudad de Zahara y la libertad de todos los cautivos.
Batalla de Alhama en 1482
1482. Los castellanos fracasan en su asalto a Loja y la Axarquía. Las tropas conducidas por el marqués de Cádiz sufren un ataque feroz por parte de los hombres del Zagal, hermano del sultán Muley Hacen.
1482. El hijo de Muley Hacen, conocido como Boabdil, sube los impuestos para provocar el odio popular contra su padre. Muley había repudiado a la madre de Boabdil para casarse con una esclava cristiana. Boabdil se rebeló contra su padre, apoyado por los Abencerrajes.
1483. Un ejército castellano con 4.000 soldados fueron derrotados por los granadinos. Las bajas castellanas fueron muy numerosas y 1.500 soldados cayeron en manos musulmanas.
1483. En abril confiado por la anterior victoria, Boabdil intentó conquistar Lucena con 700 jinetes y 9.000 soldados. Los musulmanes cayeron estrepitosamente derrotados y Boabdil fue hecho prisionero por el conde de Cabra.
Batalla de Lucena en 1483
1483. El 31 de Agosto Boabdil es llevado como rehén a ante los reyes Isabel y Fernando, que le llamarían El Infantico o el Chico.
Boabdil el chico.
Durante el cautiverio de Boabdil, Fernando mandó talar los árboles de la vega de Granada y tomaron la torre de Tajara. Prisionero Boabdil, los vencidos se vieron obligados a pagar vasallaje a la reina de Castilla y se comprometieron a pagar tributos por una cantidad de 12.000 doblas de oro al año. El acuerdo obligaba a los Reyes Católicos a ayudar a Boabdil en la guerra contra su padre, Muley Hazan. Boabdil, tuvo que dejar como prenda o garantía del acuerdo a su hijo, a su hermano y 10 hijos más de nobles nazaríes.
Una vez en libertad, Boabdil reanudó la guerra contra su padre. El hermano de Muley Hazan, El Zagal, tomo el mando del bando de su hermano e hizo frente al bando de Boabdil, aliado de los Reyes Católicos. Boabdil no pudo derrotar a su tio y perdió la plaza de Guadix.
1483. Se levanta un campamento militar, de carácter provisional, en la Vega de Granada, en los Ojos de Huecar, junto a la alquería de Gozco, cercana al río Genil, que se llamaría Santa Fe y desde donde se divisa la ciudad de Granada.
1484. La Corte de los Reyes de Castilla y Aragón se instala en Córdoba.
1485 Comienza la segunda fase de la guerra. El Zagal consigue expulsar a Boabdil de Granada. Los cristianos consiguen tomar Ronda y su serranía, en estas escaramuzas resultó decisiva la acción de la artillería. Poco más tarde los castellanos lograron la conquista de Marbella y su puerto, que se convirtió en la base de la flota de los Reyes Católicos. No se logró el avance de la frontera hasta Málaga debido a la fortaleza de la resistencia musulmana que costó más de 1.000 bajas cristianas.
1485. Muley Hacen muere en el castillo de Mondújar. Le sucede su hermano el Zagal.
1486. Conquista castellana de Loja y Moclín.
1486. Septiembre, Boabdil regresa a Granada y vuelve a sublevarse con el apoyo de los Reyes Católicos, que le suministraron armas y comida. Su tío, El Zagal no pudo expulsarlo de Granada. Los Reyes Católicos, aprovechan el levantamiento de Boabdil, para tomar varias ciudades leales Al Zagal.
1487. El Zagal huye y se refugia en Almería. Boabdil firma un acuerdo con los Reyes Católicos por el que se les cedía la soberanía del reino, mientras que Boabdil se asignaba el señoría de gran parte del reino. Además ambas parte se comprometía a luchar contra El Zagal.
1487. El Papa Inocencio VIII concede a la guerra de Granada la Bula de Cruzada.
Papa Inocencio VIII
Boabdil ya en la capital de Granada, se rebela contra Los Reyes Católicos y estos consideran roto el acuerdo con Boabdil, desencadenando nuevamente las disputas.
1487, en abril los cristianos toman Loja y Boabdil cayó otra vez prisionero. Esta ofensiva produce un movimiento de musulmanes hacia Granada para refugiarse de las tropas cristianas. La llegada masiva de refugiados hace todavía más penosa la vida en la capital del reino.
En el mismo mes, el ejército castellano ayudado por las naves catalanas, ataca Vélez Málaga, que se incorpora a la Corona de Castilla y se producen las conquistas castellanas de Málaga.
Málaga tenía fuertes murallas “Castillo de los Genoveses” unido al castillo de Gibralfaro para proteger a sus 15.000 habitantes. El jefe de la ciudad, Hamet Ez Zegrí, fiel a El Zagal, se resistió a entregar la ciudad a los castellanos lo que motivó la dura reacción del ejército de Fernando. El rey Fernando hizo rodear la ciudad y sus suburbios mientras la flota bloqueaba el puerto. La reina Isabel hizo acto de presencia junto a sus tropas para motivarlas y transmitir a sus soldados confianza y seguridad en la victoria definitiva para el asalto final a Málaga.
El caudillo malagueño rechazó la reiteradas ofertas de rendición, mientras que El Zagal trató de hacer llegar refuerzos a la ciudad sitiada. Un prisionero que se hizo pasar como renegado musulmán, cuando estaba en la tienda de la reina de Castilla, confundió a una cortesana con la reina de Castilla y le asestó una puñalada ocasionándola la muerte inmediata. El musulmán fue atado a la boca de un cañón y un disparo dispersó sus restos sobre la ciudad asediada. Los malagueños, después de la intensa y reiterada acción artillera que ocasionó la brecha en la muralla, presentaron propuesta de negociaciones a las fuerzas del rey Fernando, que rechazó cualquier trato que no fuera rendición incondicional.
Sitio de Málaga en 1487
El 18 de agosto de 1487 se rinde Málaga y el rey ordenó la ejecución de los cristianos renegados, la quema en la hoguera de los judíos y la venta como esclavos del resto de los habitantes. Se repetía de esta forma la estrategia, generosidad con las ciudades rendidas y la absoluta firmeza con las que ofrecían resistencia al avance de los cristianos.
1488. Ataque de los cristianos a Guadix y Almería. Con la conquista de Almería el reino Nazarí se quedaba sin puertos. Se logra el bloqueo del reino moro.
4 de diciembre de 1488: Isabel y Fernando tomaron posesión de Baza. Entraron a la cabeza de sus tropas en medio del toque de las campanas, de las salvas de la artillería y de todas las demás demostraciones que suelen acompañar esta triunfal ceremonia.
El denominado alcaide de Baza, Cidi Yahye obtuvo de los Reyes Católicos una gran acogida, muy diferente de la del valeroso defensor de Málaga. Le llenaron de atenciones y presentes y tanto labraron en su corazón estos actos de cortesanía que manifestó deseos de entrar al servicio de España. Cidi Yahye, visitó a su primo, el Zagal en Guadix, para instarle a que se sometiera a los reyes cristianos. En su entrevista con Zagal, le hizo ver la imposibilidad de resistir a las fuerzas reunidas de las coronas de España.
En seguida se acordó que las ciudades principales de Almería y Guadix junto con sus dependencias, que constituían los dominios del Zagal, serian rendidas por el Zagal a Isabel y Fernando, que pasarían inmediatamente a la cabeza de su ejército a tomar posesión de ellas. El tratado establecería que el Zagal conservaría el título real y se le entregaría en herencia y señorío los valles de Lecrín y Andarax, 20.000 vasallos moros y una renta de 4 millones de maravedíes al año.
7 de diciembre de 1488, conforme a este convenio, los Reyes Católicos sin descansar ni dar ningún tiempo de reposo a sus tropas muy fatigadas, salieron por las puertas de Baza con el rey Fernando en el centro y la reina en la retaguardia del ejército.
Cerca de Almería salió a recibir a Fernando según lo convenido, el Zagal que iba escoltado por un cuerpo numeroso de caballeros musulmanes. Fernando ordenó a sus nobles que se adelantasen a recibir al príncipe moro.
A la rendición de estas principales ciudades, siguió la de todas las del territorio dependiente del Zagal incluidas una multitud de aldeas que poblaban las laderas de la cordillera de montañas que se extiende desde Granada a la costa. A todas se otorgaron las mismas condiciones generosas que a Baza .
Toma de Baza y Almeria en 1489
Apenas terminada la campaña precedente, Fernando e Isabel enviaron embajadores al rey de Granada, reclamandole que rindiera su capital conforme a lo pactado en Loja.
1490. El Zagal, en situación difícil ante sus mal sometidos vasallos, vende sus estados al rey Fernando de Aragón y se traslada a Tlemecén.
1491. Los castellanos acumulaban fuerzas cerca de Granada para el asalto final a la fortaleza. En 80 días se levantaría la ciudad de Santa Fe en el valle del Genil, protegida por una muralla, torreada y con 4 puertas. Esta ciudad sería la base de operaciones militares de los castellano. Con la presencia de los reyes en Santa Fe, manifestaron su decisión al enemigo de llegar hasta el final con el asedio a Granada.
Los cristianos no iniciaron ningún bombardeó ni asalto, sino que querían rendir la ciudad mediante su aislamiento. Segun sus calculo, Granada caería por su propio peso. La fundación de Santa Fe por los españoles, produjo mayor abatimiento en los habitantes de Granada que las victorias militares más decisivas. Los moros veían a sus enemigos asentados sobre su suelo, resueltos a no abandonarlo jamás.
Los moros de Granada iban sintiendo los horrores del hambre. En esta coyuntura, el desventurado Boabdil y sus principales consejeros, se convencieron de que Granada no podía sostenerse por mucho tiempo y finalmente en el mes de octubre hicieron proposiciones por medio del visir Abul Cazim Abdelmalig para abrir tratos sobre la rendición de la ciudad. Granada estaba aislada también por mar y no había esperanzas de recibir socorro de África o de alguna otra parte.
Finalmente Abul Cazim Abdelmalig, Hernando de Zafra, secretario de los Reyes Católicos y Gonzalo de Córdoba, iniciaron secretamente las negociaciones para la Capitulación de Granada. Gonzalo de Córdoba fue elegido para este delicado asunto por su extraordinaria habilidad y por el conocimiento que tenia de la lengua y costumbres de los moros.
Gonzalo Fernández de Córdoba, el Gran Capitán
La reuniones tuvieron lugar de noche y con el mayor secreto, unas veces dentro de los muros de Granada y otras en la aldea de Churriana, cerca de Granada. Por último después de largos debates se fijaron definitivamente las condiciones de la capitulación, que fueron ratificadas por los respectivos monarcas a 25 de noviembre de 1 491.
Estas condiciones eran semejantes a las de Baza. Se concedía a los habitantes de Granada que conservaran sus mezquitas y el libre ejercicio de su religión con todos sus peculiares ritos y ceremonias; habían de ser juzgados según sus leyes por sus propios cadis o jueces con sujeción a la autoridad general del gobernador.
No se les habían de imponer tributos mayores que los que pagaban de ordinario a los reyes moros y ninguno absolutamente durante los tres primeros años. El rey Boabdil podría reinar sobre cierto territorio que se le señaló en las Alpujarras. Debían entregar a la corona de Castilla la artillería y las fortalezas. Las ciudades se rendirían en el plazo de sesenta días contados desde la fecha de la capitulación .
Cuando se conocieron las condiciones de las capitulaciones, la población de Granada se enfureció, estallando una insurrección abierta que puso en riesgo la seguridad de la plaza y la persona de Boabdil. Debido a lo peligroso de la situación, los consejeros del monarca creyeron que lo mejor era anticipar el día prefijado para la rendición y en su consecuencia se señaló al efecto el 2 de enero de 1492.
1492. El 2 de Enero, el sultán del Reino de Granada, Boabdil, entrega la ciudad en conformidad con el pacto de Capitulación a las tropas castellanas y los Reyes de Castilla y Aragón toman la ciudad de Granada. El sultán Boabdil se retiró al señorío de Andarax, en la Alpujarra almeriense, pero finalmente (noviembre de 1.493, tras una fuerte indemnización), optó por cruzar el Estrecho, como la mayor parte de la élite andalusí.
El suspiro del moro. Boabdil mirando por última vez a la ciudad de Granada antes de partir a África.
En 1.493 don Hernando de Zafra, secretario de los Reyes de Castilla y Aragón, concretó con Aben Comixa, visir del sultán vencido, la venta de todos los bienes de Boabdil, que partiría para Marruecos.
La población mudéjar pasó en poco tiempo de ser tratada con una inicial política de apaciguamiento, como correspondía a las condiciones de la capitulación, dirigida en lo religioso por fray Hernando de Talavera, confesor de la reina y primer arzobispo de la ciudad; a otra de mayor firmeza a partir de la visita del nuevo confesor, el cardenal Cisneros (1499). Como resultado, se obtiene un incremento de las conversiones, pero también un motín en el Albaicín (barrio granadino que había pasado a ser el gueto islámico de la ciudad, mientras la antigua medina pasaba a ser remodelada y ocupada por repobladores cristianos) y una sublevación en las Alpujarras. Tales desórdenes fueron considerados como una ruptura de las condiciones de la capitulación por la parte islámica, con lo que, libres de todo acuerdo, los reyes emitieron la Pragmática de 11 de febrero de 1502, que obligaba al bautismo o al exilio de los musulmanes. Los habitantes que no se convirtieron al cristianismo tuvieron que marcharse a África. 100.000 musulmanes tomaron dirección a África.
0 Comentarios