BALTASAR QUEIJA Y EL ORIGEN DE "EL NOVIO DE LA MUERTE"

"En su bolsillo se encontraron unos versos llenos de emoción y sentimiento. Se dice que acababa de enterarse de la muerte de su novia"

Baltasar Queija fue el primer legionario caído en combate y su historia da origen a la canción de La Legión El novio de la muerte

Legionarios en la guerra de Marruecos, años 20

La Legión es uno de los cuerpos de élite de las Fuerzas Armadas de España (FAS) y uno de los más veteranos. Al grito de "legionarios a luchar, legionarios a morir", los legionarios han participado en misiones en territorios tan importantes como hostiles en Bosnia, Serbia, Macedonia, Líbano, Afganistán, Irak, Mali o Congo, entre otras.

La música militar española es un patrimonio cultural que en el caso de la Legión tiene como uno de los temas más conocidos a la canción el novio de la muerte. Este considerado en ocasiones himno oficioso y que está muy popularizado a través de la interpretación que los legionarios hacen en el traslado del Cristo de la Buena Muerte en la Semana Santa de Málaga.

El novio de la muerte era primitivamente un cuplé cantado por Lola Montes con letra de Fidel Prado Duque y música de Juan Costa Casals (1882-1942).​ Se interpretó por primera vez el 20 de julio de 1921 en el Teatro Vital de Málaga. El 30 y 31 de julio de 1921 se interpretó en el teatro Kursaal de Melilla, con gran éxito. Pero, lo más emotivo de esta canción, es que se basa en una historia real, en la del Cabo Baltasar Queija de la Vega, el primer muerto que tuvo la Legión Española, el que abrió la lista de esos 10.000 Caballeros Legionarios que sacrificaron su vida en el altar de la Patria. 

Baltasar Queija, primer Caballero muerto de La Legión

Así cuenta una crónica lo sucedido: "El 7 de enero de 1921, en Beni Hassán, cuando el Tercio tenía sólo unos meses de existencia, (su primera Bandera se había organizado en octubre), después de haberse defendido heroicamente con su escuadra frente a los kabileños que los atacaron y pretendieron apoderarse de sus armas, murió a consecuencia de las heridas recibidas el cabo Baltasar Queija de la Vega; era el primer legionario que perdía la vida en un hecho de armas. En su bolsillo se encontraron unos versos llenos de emoción y sentimiento. Se dice que acababa de enterarse de la muerte de su novia, y en esas confidencias íntimas que se hacen al compañero en las largas esperas campamentales de una estrellada noche moruna, había confesado: ¡Ojalá la primera bala no tarde mucho y sea para mi corazón, para reunirme pronto con ella!".


Los insurgentes trataron de quitarle el arma, algo que no consiguieron, y se enfrentaron a él, ya herido, en un cuerpo a cuerpo que acabó con su vida. Cuando sus compañeros lo liberaron, ya fallecido, de los atacantes la tradición dice que encontraron en sus bolsillos una carta de amor y un retrato. Esto nunca fue confirmado oficialmente, aunque el jefe del Cuerpo, Millán Astray, que ensalzó la figura del soldado atribuyéndole el calificativo de ‘poeta’, escribió que en sus ropas se encontró un papel con un poema: "Somos los extranjeros legionarios / El Tercio de hombres voluntarios / Que por España vienen a luchar". El fundador de la Legión Millán Astray, señalaba en 1922 que Queija había hablado poco antes con sus compañeros y, haciéndoles partícipes de la muerte de su novia, les dijo que deseaba reunirse con ella. 

Zoco el Arbaa de Beni Hassan, años 20

El 8 de febrero del año 1921, el capellán Adolfo Fernández Ocasanz certificó lo siguiente:
“Como capellán del Tercio de Extranjeros autoricé y extendí la presente partida de defunción y enterramiento en el cementerio católico del Zoco el Arbaa (Protectorado de Marruecos - zona de Tetuán) del cadáver del soldado legionario de la Segunda Bandera Baltasar Queija Vega, soltero, de dieciocho años de edad, de oficio camarero, natural de Minas de Río Tinto (Huelva) e hijo de Baltasar y Josefa. Falleció el día siete de Enero de mil novecientos veintiuno en consecuencia de herida de arma de fuego producida por el enemigo en el ataque a dicha posición en el citado día a las once y media horas después de haber recibido los auxilios espirituales, siendo el primer legionario que muere en funciones de guerra. No consta haya otorgado testamento. Y para que conste lo firmo en Ceuta a ocho de febrero del mismo año”.

Millán Astray ordenó que se le diera sepultura con todos los honores militares. No tardó su bella y romántica historia en darse a conocer y esta inspiró al escritor Fidel Prado para crear la letra de la canción, a la cual puso música el músico catalán Juan Costa. 

Letra de El novio de la muerte

Curiosamente el 28 de abril de 1920 el presidente de la Comisión Mixta de Reclutamiento de Huelva envía un sorprendente escrito al jefe del Tercio de Extranjeros: "Ruego a VE que por quien corresponda se expida y remita a este centro certificado que acredite si Baltasar Queija Vega, sorteado el año actual en Minas de Riotinto, se encuentra en la actualidad sirviendo como voluntario en la Legión Extranjera ejerciendo el cargo de practicante en el Hospital de Laucién perteneciente a ese territorio de su digno mando". La respuesta tuvo salida el 2 de mayo, y versaba así: "El individuo al que se refiere la presenta falleció a consecuencia de herida por bala enemiga el 7 de enero en Zoco el Arbaa".

El 13 de junio el alcalde de Minas de Riotinto remite un telegrama al jefe del Tercio: "Ruego conteste urgente noticias sobre el cabo del banderín Baltasar Queijo Vega que según recibida carta hoy murió la noche del 7 de enero en un ataque al campamento, se desconocen más detalles". La respuesta, del 18 de junio, dijó así: "Soldado Baltasar Queija Vega murió gloriosamente 7 de enero último al ser atacado campamento Zoco Albaa. Contesto su telegrama día 13".

Historia de El novio de la muerte

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