SACO DE ROMA, 6 de Mayo de 1527

"Lo que no había previsto el emperador Carlos V era la dificultad de aguantar a un ejército impagado, a las puertas de una ciudad tan lucrativa como era Roma"

La furia del ejército imperial, de manera ajena a la corona española, arrasa Roma destrozando a la guardia suiza, arrestando al Papa Clemente y humillando a los franceses.

Saco de Roma.

El saco de Roma, fue el asalto y posterior saqueo de las tropas imperiales del emperador Carlos V (rey Carlos I de España) en Roma en el año 1527. Este hecho provocó un gran estupor y conmoción en la Cristiandad, ya que Roma era la ciudad sagrada del cristianismo y sede pontificia. No se producía un saqueo así de la ciudad desde que los sarracenos entraran en Roma en 846.

Alarmado Clemente VII tras la victoria del emperador Carlos V en Italia sobre los franceses en la Cuarta guerra Italiana (1521-26), trabajó para formar una liga antiimperial. Las ciudades italianas, siempre recelosas de un poder dominante, acudieron a la llamada.

El 22 de mayo de 1.526 las repúblicas italianas de Milán, Florencia y Venecia, el papa Clemente VII y Francisco I de Francia sellan en la ciudad francesa de Cognac una gran alianza con el objetivo de aislar a España y frenar la imparable hegemonía de Carlos V.  La guerra era inminente.

El Papa Clemente VII

En los primeros enfrentamientos, las tropas imperiales, en clara inferioridad numérica, apenas lograron mantenerse, pero tras diversas victorias militares y la conquista de Milán los soldados imperiales se hicieron con el dominio del norte de Italia. Carlos V reunió a comienzos de 1.527 un ejército compuesto por unos 5.000 españoles a las órdenes de Alfonso de Ávalos, marqués del Vasto, 10.000 lansquenetes al mando de Jorge de Frundsberg, 3.000 soldados de infantería italiana comandada por Ferrante I Gonzaga, 700 hombres de armas y los 800 jinetes ligeros de Filiberto, príncipe de Orange.

El ejército francés sufrió una terrible derrota en Italia a manos del imperio español, pero no hubo fondos disponibles para pagar a los soldados. Estos soldados imperiales se amotinaron y forzaron a su comandante, Carlos III duque de Borbón y Condestable de Francia, a dirigirlos hacia Roma. 

Carlos I de España y V del Sacro Imperio Romano Germánico

Mientras tanto, en Granada, Carlos V aseguraba el 17 de septiembre de 1526 que su deber era velar por la unidad de la iglesia. Además, hacía un llamamiento a los cardenales para que se rebelaran y recordaran al Papa cuál era su papel. Las órdenes del Emperador a Carlos V era limitarse a presionar al Papa pero sin ocupar Roma. Lo que no había previsto el emperador Carlos V era la dificultad de aguantar a un ejército impagado, a las puertas de una ciudad tan lucrativa como era Roma.

Cuando las tropas se situaron frente a las murallas romanas el día 5 de mayo y fueron conscientes de que el Papa no tenía pensado pagar la indemnización que le reclamaba Carlos V, todo quedó conjurado para la tragedia. 


Las tropas que defendían Roma estaban formadas por 3000 soldados italianos dirigidos por Renzo da Ceri, por la Guardia Suiza del Papa y por los ciudadanos romanos que se presentaron a la defensa organizados en milicias. Clemente VII había despedido en marzo 2000 soldados suizos, que dejando Roma habían pasado a engrosar las filas del ejército de la Liga. También habían licenciado unos 2000 soldados de las Bandas Negras a cargo de Orazio Baglioni. 

Tropas imperiales establecidas junto a las murallas de Roma

Las fortificaciones de la ciudad incluían murallas imponentes y poseían una buena artillería, de la que el ejército imperial carecía. El duque de Borbón necesitaba conquistar la ciudad deprisa, para evitar el riesgo de verse atrapado entre la ciudad asediada y el ejército de la Liga que venia a apoyar la defensa de Roma.

El 6 de mayo se inició el asalto a la ciudad. El ejército alemán atacó las murallas de Janículo y de la Colina Vaticana. El comandante Carlos de Borbón murió ese día por un disparo de arcabuz. La muerte de la última autoridad de mando respetada entre el ejército causó que desapareciera la moderación en los soldados, provocando la conquista de las murallas de Roma ese mismo día. 
Al entrar en Roma, empezó el saqueo indiscriminado. La abundancia de luteranos entre los lansquenetes, dio un significado anticatólico al saqueo, haciendo gala de su sentimiento iconoclasta, destruyeron todas las imágenes sagradas que encontraron a su paso y monumentos de la época clásica que aun seguían en pie.

Los soldados imperiales luchan contra la guardia suiza

Una de las acciones más memorables de la Guardia Suiza ocurrió en esos momentos. 
Cuando dio comienzo el saqueo, Clemente VII se encontraba orando en su capilla y apenas tuvo tiempo de ser evacuado antes de que los saqueadores alcanzaran la Basílica de San Pedro.
Así, el sacrificio de 147 de los 189 componentes de la Guardia aseguró que Clemente VII pudiera escapar con vida y ser llevado, a través del Passetto di Borgo, un corredor que todavía une la ciudad del Vaticano al castillo Sant’Angelo. 

Pasadizo secreto que conecta el Vaticano con el castillo de Sant'Angelo

Cubierto de un manto morado para evitar ser reconocido por el característico hábito blanco de los papas, Clemente VII permaneció un mes recluido en el castillo junto a 3000 personas de toda clase y condición que llegaron huyendo de un ejército que estaba completamente fuera de control.

Castillo de Sant'Angelo

Pero los soldados querían cobrar. Tras la victoria y la ejecución de unos 1000 defensores comenzó el pillaje. Sin su comandante, se lanzaron al saqueo total. Robaron en casas, iglesias, palacios, monasterios. Profanaron reliquias de la iglesia, como los cráneos de San Juan, san Pedro y san Pablo. Llegaron incluso a requisar a la población los objetos de valor y obras de arte.  

Después de tres días de estragos, Filiberto de Chalons, príncipe de Orange, se elevó como nueva cabeza del ejército en sustitución del fallecido Borbón y ordenó que cesara el saqueo aunque pocos soldados obedecieron. Poco a poco, el ejército fue recuperando la disciplina y los gritos de desesperación fueron cesando en Roma.

Ejército imperial saqueando Roma

Mientras tanto, Clemente VII continuaba detenido en Castillo Sant'Angelo. Finalmente, el 6 de junio, Clemente VII acordó pagar un rescate de 400.000 ducados a cambio de su vida, así como la cesión de varias regiones al Imperio, aunque este solamente se pudo quedar con Módena. 

Al parecer también se desató un episodio de peste en la ciudad que diezmó a las tropas imperiales, murieron unos 5000 soldados imperiales. No tuvieron otra opción que evacuar la ciudad dejando atrás una urbe desolada y destruida que apenas se tenia en pié. El 16 de febrero de 1528, el ejército imperial salió por fin de roma con un gran botín.

El saqueo de Roma produjo un gran escándalo y una gran conmoción en la Europa cristiana. Carlos V fue rápidamente consciente de las graves consecuencias que para su imagen de defensor del catolicismo iba a tener el suceso. El Emperador se dejó ver durante unos meses con ropa de luto por lo ocurrido en Roma y pidió disculpas al Papa oficialmente. 

Finalmente, Clemente VII y Carlos V suscribieron el Tratado de Barcelona en junio de 1529. El Papa tuvo que aceptar que España era la potencia hegemónica en la península italiana y adoptó a partir de entonces un tono más complaciente con el emperador. Fruto de ello sería la coronación imperial de Carlos V, la última de los emperadores de Sacro Imperio Romano-Germánico.

El papa Clemente VII corona a Carlos V emperador de sacro imperio romano-germánico

En conmemoración del saqueo y de la valentía defendiendo al Papa, los nuevos reclutas de la Guardia Suiza prestan juramento el 6 de mayo de cada año.

La guardia suiza en la actualidad


Fecha6 de mayo de 1527
LugarRoma (Italia)
Coordenadas41°50′00″N 12°30′00″ECoordenadas41°50′00″N 12°30′00″E (mapa)
Resultado
Victoria imperial
  • Saqueo posterior de la ciudad
  • Miles de romanos masacrados
  • El papa es capturado
Beligerantes
Flag of the Papal States (pre 1808).svg Estados PontificiosBandera de España España
Bandera de Sacro Imperio Romano Germánico Sacro Imperio Romano Germánico
Comandantes
Flag of the Papal States (pre 1808).svg Caspar Röist  
Flag of the Papal States (pre 1808).svg Renzo da Ceri
Bandera del Imperio español Bandera de Sacro Imperio Romano Germánico Carlos III de Borbón  
Bandera de Sacro Imperio Romano Germánico Jorge de Frundsberg
Fuerzas en combate
Guarnición de Roma
• 3.000 soldados italianos
• 189 guardias suizos
• De 4.000 a 7.000 milicianos

500 guardias suizos
5000 milicianos
Ejército Imperial
• 700 hombres de armas
• 800 caballos ligeros
• 3.000 infantes italianos
• 5.000 infantes españoles
• 10.000 lansquenetes germanos

22 000-30 000 mercenarios alemanes y españoles
Bajas
500 muertos, heridos o capturados
45.000 civiles muertos, heridos o exiliados

Guardias suizos: 458 muertos
Milicianos: 1000 muertos
Total: 4000-7000 muertos
Entre 50 y 200 durante el asalto. Varios miles durante la ocupación de Roma, debido a la peste

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3 Comentarios

  1. Excelente narración. Me gustaría aportar que el arcabuzazo que mató al Borbón fue disparado por el escultor Benvenuto Cellini, según cuenta él mismo en sus memorias. Recomiendo la lectura de este libro, difícil de encontrar, para disfrutar con la jactancia de Cellini, que parece que él solito estuvo a punto de salvar a Roma. Luego los que tenían fama de fanfarrones, en la Italia de los siglos XVI y XVII, éramos los españoles. En el monasterio de El Escorial hay un magnífico Cristo de marfil obra de Cellini. Saludos.

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  2. Muchas gracias por el gran aporte. Buscaremos información de Benvenuto Cellini y sus memorias. Esperamos que te hagas seguidor de nuestra web.

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  3. Épico por donde sea lo pueda apreciar. Gracias por el material.

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