CAMINO REAL DE TIERRA ADENTRO

"La ruta fue utilizada activamente como ruta comercial por 300 años, desde mediados del siglo XVI al siglo XIX"

El Camino Real de Tierra Adentro de 2560 kilómetros de longitud, es reconocido por la UNESCO como uno de los trayectos más valiosos que hizo posible la conjunción de culturas y épocas gracias a la corona española.

Camino Real de Tierra Adentro

El Camino Real de Tierra Adentro, también conocido como "el Camino a Santa Fe", era una ruta comercial de 2560 kilómetros de longitud que iba desde la Ciudad de México hasta la ciudad de Santa Fe, Nuevo México, EE. UU. de forma activa desde mediados del siglo XVI hasta el siglo XIX. En su porción central, se encontraban importantes yacimientos de plata. 

Antes de la llegada de los españoles, tribus nómadas vivieron de la caza y la pesca. Después la agricultura los arraigó. Con el tiempo surgieron y florecieron "grandes civilizaciones". Una vez sometida la gran Tenochtitlan, los conquistadores iniciaron una serie de expediciones con el propósito de expandir sus dominios y obtener mayores riquezas para la Corona española.

La historia de este Camino Real comienza en 1546, a 600 km de Ciudad de México, cuando unos soldados españoles que acompañaban a unos misioneros, encontraron plata en la región de Zacatecas casi sin escarbar la tierra. La noticia produjo la primera fiebre de la plata en la frontera norte, tres siglos antes de la fiebre del oro en California. Pronto, se fundó una ciudad y 4 años más tarde, al comprobar la importancia de los yacimientos, nació el Camino Real de Tierra Adentro. La ciudad que se fundó, Zacatecas, llegó a ser muy rica; su catedral, levantada por la devoción de sus habitantes y el dinero de los mineros más poderosos, es una de las más hermosas de México.

Catedral de Zacatecas, construida entre 1729 y 1772

En abril de 1598, un grupo adelantado de soldados se pierde en el desierto al sur del Paso del Norte, buscando la mejor ruta al río Bravo. Un indio cautivo llamado Mompil trazó en la arena un mapa del único paso seguro, que pronto formaría parte del Camino Real de Tierra Adentro. Este grupo  liderados por Juan de Oñate, consolidó y amplió el trayecto hasta lo que hoy es Santa Fe, capital de la entonces provincia de Nuevo México, en ese momento, parte de la Nueva España.

Soldados españoles en Nueva España

Inicialmente cuando la Corona española decide no abandonar la provincia de Nuevo México, ruinosa en muchos sentidos, sino mantenerla para ayudar a los indios ya cristianizados, el virreinato de Nueva España organiza un sistema para abastecer regularmente las misiones, presidios y ranchos del norte. Deciden organizarse en caravanas de carretas que partían cada tres años de la Ciudad de México con destino a la frontera. Iniciaba un largo y dificultoso recorrido de seis meses. Muchas eran las incertidumbres que enfrentaban los viajeros. Las crecidas de los ríos o las sequías prolongadas, eran grandes problemas. Lo más temido era la travesía de la llamada Jornada del Muerto, más allá de El Paso del Norte: cien kilómetros sin agua para aprovisionarse. El mayor peligro era el de los asaltos. Había bandas especializadas (como los indios chichimecas) que acechaban las caravanas. Las tropas de los presidios hacían relevos para dotar al convoy de una protección adicional, y cuando la caravana se adentraba en las áreas más comprometidas, para pasar la noche los carros formaban un círculo con las personas y los animales dentro.  

Cartel actual indicando la Jornada del Muerto

Los soldados españoles que se asignaron para la defensa del camino de tierra adentro eran conocidos como los “dragones de cuera”. Eran tropas defensivas creadas por el Imperio español, para la defensa de la frontera de los Estados Unidos actuales, que ocuparon los presidios de la Nueva España. Su nombre derivaba de la cuera, abrigo largo sin mangas constituido hasta por siete capas de piel, con gran resistencia a las flechas de los indios enemigos, que llevaban como protección. La mayoría eran nacidos en América, normalmente criollos o mestizos. Iban a caballo y cargaban con un armamento más potente. Estaban equipados con lanza y escudo. Además llevaban la llamada espada ancha, espada típica de la América Española, más corta y apta para punta y corte. Cada dragón de cuera tenía seis caballos a su disposición, un potro y una mula. Los requisitos para el alistamiento como soldado de cuera eran: haber alcanzado los dieciséis años de edad, debía ser de 150 cm de estatura, sano, católico y libre de pecados. Ellos fueron la primera caballería de las fronteras de América del Norte, siglos antes de que apareciera el Séptimo de Caballería. 

Soldado de Cuera, también conocidos como Dragones de Cuera

La ruta fue utilizada activamente como ruta comercial por 300 años, desde mediados del siglo XVI al siglo XIX. Durante el siglo XVIII los parajes a lo largo del Camino Real incrementaron significativamente. La villa de San Felipe Neri de Alburquerque a su vez fue fundada en 1706 y pronto se convirtió en una importante terminal a lo largo del sendero de Chihuahua. Además esta villa fue muy importante por su posición defensiva en el Camino Real lo cual dio a que también creciera como un centro de intercambio comercial durante el siglo XVIII. Para el año de 1765 la población del Paso del Norte era de 2,635 habitantes, lo cual creó que fuera el centro urbano más grande en la frontera norte de la Nueva España. El Paso se convirtió en un centro importante de agricultura y ranchería.


En el siglo XVIII la Corona española autorizó el festejo de las ferias, la cual era de suma importancia para los comerciantes de Nuevo México. España al mismo tiempo mantenía un monopolio con los productos de sus provincias del norte, así no se permitía el comerciar con la colonia francesa en Luisiana. 

Para la segunda mitad del siglo XVIII, la frontera norte de la Nueva España representó un interés fundamental para el Imperio español. Estos territorios eran muy codiciados geopolíticamente por otras potencias europeas sobre todo Inglaterra y Francia. Se reconsideró el papel asignado al indígena, no sólo para que no hostilizase con los españoles, sino también para que se vinculase a los procesos económicos y participase en la defensa de la frontera. 

Haciendas de Aguascalientes Cieneguilla, en el camino real de tierra adentro

Entre 1766 y 1768, el capitán Nicolás de Lafora (por el entonces marqués de Rubí) inspecciona militarmente los presidios en las provincias internas y propuso una línea de presidios en la frontera novohispana en 1766 la cual se levantó desde el Golfo de México para protegerse de los ute, apache, comanche y navajo. José de Gálvez y Gallardo, comisionado especial a la Nueva España por Carlos III, reconoció que una larga guerra con los nativos sería imposible por la falta de recursos. Él mismo incitaba al establecimiento de la paz. Durante la última década del siglo XVIII se logró la paz entre los españoles y las tribus apache. Como resultado se incrementó el intercambio comercial entre varias regiones de Nueva España de productos locales, europeos e incluso chinos. 

El siglo XIX trajo muchos cambios tanto para México como a su frontera norte. En 1821 después de 11 años de lucha, México se independizó de España. Durante la Independencia el Camino Real se usó por ambas fuerzas, rebeldes y fuerzas reales. Durante y después de la independencia, el gobierno fue inestable y la lucha continua. Los recursos que se enviaban a las provincias del norte se redujeron continuamente lo cual dio a la creación de rutas alternas. 

Entre 1821 y 1822, tras el fin de la guerra por la Independencia de México, se comienza a consolidar como ruta el Sendero de Santa Fe que conectó a Misuri (territorio estadounidense) y a Santa Fe (territorio mexicano). 

Puente de Ojuelos en el estado de Jalisco

En 1846, la disputa sobre la frontera tejana entre México y los Estados Unidos dio lugar a la invasión estadounidense por las fuerzas militares de EE.UU. y la guerra EE.UU.- México inició. Una de estas fuerzas fue comandada por el general Stephen Kearny, quien viajó por el Sendero de Santa Fe para apoderarse de la capital de Nuevo México. Durante 1846-1847, el Camino Real de Tierra Adentro se convirtió en una vía de continuo uso, con las fuerzas estadounidenses usándolo para viajar hacia el interior de México. 

En 1848 con el Tratado de Guadalupe Hidalgo, la guerra se terminó oficialmente con la requisición de que México cediera la mayoría de su territorio del norte incluyendo lo que hoy son los estados de Nuevo México, Colorado, Arizona, y California. El Camino Real de Tierra Adentro quedó dividido para siempre entre 2 países, y con el tiempo perduraron sus historias mientras muchas otras quedaron perdidas; sin embargo su legado cultural es aún en nuestros días tangible.

En este histórico Camino Real se encuentran hoy día, más de sesenta lugares de gran interés y belleza; ciudades, poblados, templos, monasterios, cuevas, hospitales, colegios, puentes, cementerios, haciendas y ca­minos.

El 1 de agosto de 2010, el Comité del Patrimonio de la Humanidad de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) agregó este recorrido como Patrimonio de la Humanidad.

Placa otorgada por la UNESCO a los sitios del camino que discurre por territorio mexicano.

La sección del camino que discurre por territorio estadounidense, un total de 646 kilómetros, fue declarada National Historic Trail en octubre de 2000.

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