BATALLA DE CORNUALLES, 2 de agosto de 1595

"Un grupo de soldados españoles hicieron arder varios pueblos ingleses del Condado de Cornualles, llegando a celebrar una misa católica en la protestante Inglaterra"

Tras el fracaso de la Felicísima Armada, España reorganiza su flota e invade territorios de la costa de Inglaterra. 

Grabado de la invasión española

El 2 de agosto de 1595, el desconocido marino Carlos de Amézquita lideró un intrépido ataque a las costas británicas ordenado desde Madrid por Felipe II. Tan solo 7 años después del fracaso de la Felicísima Armada ("invencible" según la leyenda negra creada por la propaganda británica a modo de burla), un grupo de soldados españoles hicieron arder varios pueblos ingleses del Condado de Cornualles, llegando a celebrar una misa católica en la protestante Inglaterra. Fue una de las olvidadas ocasiones en que fuerzas españolas invadieron la isla británica.

Tras el asesinato de Enrique III de Francia, la corona francesa recayó en el protestante Enrique III de Navarra. Ante tamaña afrenta, la Liga Católica, el papa Sixto V y el rey Felipe II de España se negaron a reconocerlo como rey de Francia. Felipe II envió en 1590 una expedición al país galo al mando del abulense Juan del Águila y Arellano. Los ingleses, como protestantes y enemigos de España por la guerra que había comenzado en 1585, apoyaron a Enrique de Navarra y enviaron tropas a Francia.

En 1595, un hombre llamado Tristram Winslade escribió una carta al rey de España. Tristram era el nieto de John Winslade, quien había liderado el ejército de Cornualles durante la revuelta córnica en contra de la conversión al protestantismo. En su carta, Tristram pedía al rey español que invadiera Inglaterra y restaurara allí religión católica. Le aseguraba que había gente en Cornualles que apoyaría una invasión española, dándole nombre de algunas figuras importantes de la región.  La carta también incluía un mapa de la zona.


La carta y plano original escrita por Tristam Winslade a Felipe II animándolo a invadir Inglaterra.

En 1595 Juan del Águila decidió organizar una expedición de castigo contra Inglaterra. La expedición fue encomendada a Carlos de Amésquita, quien, al mando de tres compañías de arcabuceros (unos 400 hombres), zarpó el 26 de julio de Blavet (actual Port-Louis) en cuatro galeras (Capitana, Patrona, Peregrina y Bazana) de la escuadra de Pedro de Zubiaur. Tras recalar en Penmarch, desembarcaron en Inglaterra en la bahía de Mounts (Cornualles) el 2 de agosto.


Allí les guio un católico inglés llamado Richard Burley hacia una playa rocosa, a poca distancia del puerto. Un grupo de españoles bajo el mando de don León de Ezpeleta y el sargento mayor Juan de Arnica, ascendieron una colina para tener mejor vista de lo que había por la zona.

Mientras tanto, las galeras realizaron un bombardeo sobre Mousehole, que carecía de defensa y donde murieron tres personas, además de quemar casi todas las casas. La mayoría de la población había huido antes, refugiándose muchos de ellos en Penzance. El único edificio que quedó intacto fue una tarberna llamada Keigwin Arms, donde actualmente hay una placa recordando el hecho.

Las fechas no coinciden puesto que Inglaterra tenía un calendario distinto al español en aquel momento

Un segundo grupo de españoles fue tierra adentro y llegó hasta la parroquia de Paul, como medio kilómetro de distancia. Fueron unos doscientos hombres, entre piqueros y arcabuceros. El pueblo, indefenso, fue saqueado y quemado. La iglesia de St Pol de Lion, descrita por Amézquita como una mezquita (valga la redundancia) fue también incendiada. En este ataque murieron cuatro vecinos y un número indeterminado de los mismos fueron hechos prisioneros y llevados a las galeras, donde reembarcaron con los soldados.

El 3 de agosto las galeras navegaron hasta Mounts Bay, con Penzance y Newlyn a la vista. Llegaron a esta última localidad y la incendiaron tras saquearla.

Hasta este momento los españoles no habían encontrado defensa alguna, pero esto iba a cambiar pronto ya que, cuando avanzaron hasta Penzance, se encontraron con las milicias inglesas anti-invasión de 500 hombres, que ya estaban alertadas y prestas a la defensa. Los españoles desembarcaron en la amplia playa y es aquí cuando los ingleses se dieron cuenta de que lo que tenían delante no eran sino la mejor infantería del momento: los temibles tercios. O parte de ellos. Muchos menos de lo que sería un tercio, pero igualmente efectivos. Aun así, los milicianos  atacaron convencidos de su superioridad numérica.

Con la profesionalidad y temple que les caracterizaba, los soldados españoles mantuvieron su formación, mientras que un destacamento cargaba contra una parte numerosa de la milicia que intentaba flanquearlos por sorpresa. Desde las galeras se dieron cuenta de que los milicianos podían arrollar al pequeño grupo de españoles que les hicieron frente y dispararon contra aquellos.

Sin embargo, los españoles se habían dado cuenta del problema y los mosqueteros se hicieron cargo atacando el flanco enemigo, lo que hizo que los milicianos huyeran despavoridos, arrojando sus armas y desapareciendo del lugar. Un centenar de ellos se refugiaron en la localidad de Marazion.

Galeras españolas desembarcando en Inglaterra

Tras aquello, le tocó el turno a la localidad de Penzance, que fue bombardeada por las galeras. Cuatrocientas casas fueron destruidas y tres buques mercantes fueron hundidos. Fernández Duro dice que en aquella plaza tomaron también un fuerte que había en la marina. 

Los españoles entraron en la ciudad sin resistencia alguna, lo que permitió saquearlo a placer. Solo la iglesia de St Mary se salvó de los incendios porque el guía Richard Burley le contó a Amésquita que en aquella iglesia se había celebrado misa una vez. El sacerdote católico Fray Domingo Martínez, capellán principal de la escuadra española, celebró una misa al aire libre en Western Hill, a las afueras de Penzance. 

El capitán español Amézquita relataba así lo ocurrido:
"En esta ciudad quemamos más de cuatrocientas casas, algunas aldeas periféricas y tres buques que estaban cargados de vino y otros bienes. La mezquita donde se reúnen para sus conventículos no fue quemada porque el capitán Richard Burley, un caballero inglés de la Marina Real de su Majestad, dijo que se había celebrado la Misa en ella anteriormente. Fray Domingo Martínez, capellán principal de las galeras, escribió dos versículos en inglés en los que declaró la razón para no quemarla y su confianza en Dios de que la Misa se celebraría nuevamente dentro de dos años. Hecho esto, nuestros hombres se retiraron a otra ciudad llamada Newlyn, incendiándola así como todas las casas periféricas."

Las operaciones españolas se levaron a cabo en Cornualles

Tras aquello y cumplida la misión de castigo, y viendo que empezaban a llegar muchos más milicianos de refuerzo (Duro habla de 1.200 hombres), Amésquita ordenó el reembarque. Al día siguiente liberaron a los prisioneros en tierra y se fueron sin ser molestados. El que los españoles dejaran a los prisioneros vivos causó sorpresa, ya que por aquel entonces tanto ingleses como españoles tenían por costumbre, desde lo de la Gran Armada de 1588, masacrar a cuantos cogieran prisioneros.

Estos mismos prisioneros liberados contaron que los españoles tenían la intención de seguir con sus correrías y haber ido a St. Ives y Padstow, y de allí al canal de Bristol, pero temían encontrarse con la llegada de refuerzos navales de Drake y Hawkins que se encontraban en la localidad cercana de Plymouth y que por eso decidieron irse definitivamente.

El 5 de agosto, un día después de zarpar de vuelta a Francia, se toparon con una escuadra holandesa de 46 barcos de la que consiguieron escapar no sin antes hundir dos buques enemigos. El 10 de agosto, Amézquita y sus hombres desembarcaron victoriosos en Blavet, aunque previamente habían parado de nuevo en Penmarch, donde se llevaron a cabo algunas reparaciones. La expedición se saldó con 20 bajas, todas ellas en la escaramuza contra los holandeses.

La expedición de Amézquita fue una de las pocas veces en que soldados españoles desembarcaron en Inglaterra (pero no la única). Habían asombrado y atemorizado Inglaterra. Los ingleses, que procuraron no darle mucha publicidad al ataque español en su territorio nacional, se afanaron en reforzar las defensas costeras. 

El control de puertos en el canal de la Mancha, la facilidad del desembarco de Amézquita en 1595 y la debilidad de las tropas de tierra de Inglaterra (milicias que abandonaron sus armas) alentaron la creación de otra nueva flota de invasión en 1597 donde otros 400 soldados españoles se paseaban a su antojo por Inglaterra. Esta vez, durante dos días, en Falmouth.

Fecha2 de agosto de 1595
LugarCornualles, (Bandera de Inglaterra Inglaterra).
Coordenadas50°06′09″N 5°31′41″OCoordenadas50°06′09″N 5°31′41″O (mapa)
Resultado
Victoria española
  • Saqueo de pueblos ingleses
Beligerantes
Bandera de España Imperio españolBandera de Inglaterra Reino de Inglaterra
Comandantes
Flag of Cross of Burgundy.svg Juan del Águila
Flag of Cross of Burgundy.svg Carlos de Amézquita
Flag of Cross of Burgundy.svg Pedro de Zubiaur
Bandera del reino de Inglaterra Francis Drake
Bandera del reino de Inglaterra John Hawkins
Fuerzas en combate
galeras
400 hombres
galeón
Bajas
Ninguna1 galeón y otros 3 barcos hundidos, 4 localidades saqueadas

Publicar un comentario

0 Comentarios

EVOLUCIÓN DEL IMPERIO ESPAÑOL

EVOLUCIÓN DEL IMPERIO ESPAÑOL