LA UNIDAD EZQUERRA, BERLIN A VIDA O MUERTE

“Enterado del bravo comportamiento de su unidad, le he concedido a usted la Cruz de Caballero, y además la nacionalidad alemana”

Durante la última batalla de la Segunda Guerra Mundial en Europa, un grupo de unos 300 españoles defendió en Berlín el búnker de Hitler ante el avance de los aliados. Miguel Ezquerra, el líder de la unidad, afirmó que el mismísimo Hitler le recibió en su búnker para concederle la Cruz de Caballero...

Batalla de Berlín

Historia increíble como pocas y no muy conocida. La creación y marcha de la División Azul a la URSS para combatir el comunismo es un hecho conocido a nivel popular. Gestas bélicas como la de Krasny Bor o el cruce del lago Ilmen, demostraron la resistencia y eficacia de los soldados españoles en batalla. Cuando el gobierno español dio la orden a aquellos voluntarios de volver de nuevo a España, hubo un hombre que atravesó solo la frontera con Francia, se unió a las SS y recibió el encargo por parte de los nazis de crear una unidad de combatientes hispanos. Aquel peculiar personaje era Miguel Ezquerra.

Miguel Ezquerra

Todo comienza unos años antes. En 1940, tras la caída de Francia, Ezquerra trabaja como profesor de español contratado por el Ministerio de Asuntos Exteriores en una escuela de Bayona. Su trabajo finalizó cuando los alemanes ocuparon el país y se formó el gobierno de la Francia de Vichy. El 22 de junio de 1941 Adolf Hitler le declaró la guerra a la URSS, iniciando la Operación Barbarroja. Ese mismo día Ramón Serrano Súñer, entonces ministro español de Asuntos Exteriores, declaró la famosa frase: «Rusia es culpable». Miles de españoles partieron como voluntarios en la División Azul, pero Ezquerra no fue seleccionado.

Durante todo el año 1941 Ezquerra, apelando a su experiencia en combate, presionó a la embajada alemana en Madrid para que le escogieran. Entonces, con los relevos de finales de 1942, fue destinado con el grado de teniente a una unidad antitanque. Desde Logroño partió hacia Alemania y después al Grupo de Ejércitos Norte del Frente Oriental, que se encontraba inmerso en el Sitio de Leningrado. Allí combatió en la Batalla de Krasny Bor. El 7 de octubre de 1943 Francisco Franco dio la orden de regresar a España a la División Azul. 

Voluntarios de la Division Azul

A su vuelta a España a finales de 1943, Miguel Ezquerra se trasladó a Sevilla con su esposa y dos hijas para trabajar como maestro de colegio a la espera de que las circunstancias cambiasen en Europa debido a que el Gobierno Español había prohibido a todos los ciudadanos tomar partido por ningún bando en la contienda mundial. La situación le fue favorable en 1944 cuando tuvo noticia que de que secretamente Alemania estaba reclutando españoles para servir en las Waffen-SS. 


Fue entonces cuando el 2 de Abril dejó atrás Sevilla y se presentó en la frontera de Irún junto a viejos compañeros de la División Azul y del Frente de Juventudes de la Falange con la esperanza de cruzar la frontera con Francia. Una vez en territorio galo, las tropas alemanas arrestaron a Ezquerra y al resto de falangistas para conducirles hasta un cuartel de la Gestapo, donde fueron interrogados e inmediatamente puestos en libertad tras relatarles las verdaderas intenciones de su viaje. Una vez admitidos por la autoridades alemanas en Francia y tras autorizarse su incorporación a las SS, Ezquerra y sus amigos fueron enviados a Burdeos, luego París y por último a Versalles, antes de ser trasladados a la propia Alemania.

Su nuevo destino sería Prusia Oriental, donde fue integrado como oficial en un regimiento de 400 efectivos, de los cuales la mayoría eran también españoles. Durante esta etapa ayuda a cruzar la frontera a los voluntarios que deseaban, de manera ilegal, reincorporarse o incorporarse por primera vez a las filas alemanas. Mientras llevaba a cabo esta tarea, los Aliados rompieron el Frente Occidental a mediados del verano de 1944, siendo entonces Ezquerra adscrito como observador a las 1ª y 2ª Divisiones SS Panzer “Leibstandarte Adolf Hitler” y “Das Reich” con las que viajó 300 kilómetros hasta Normandía, contemplando en persona la cruenta lucha que costó un 65% de bajas a los alemanes y la vuelta de las fuerzas del Eje a París.

Desembarco de Normandía

Al producirse el Levantamiento de París por parte de la Resistencia Francesa contra el Ejército Alemán el 24 de Agosto de 1944, Ezquerra y otros españoles de la Falange contribuyeron a evacuar la capital. Justo en los momentos antes de abandonar definitivamente París, Ezquerra pudo contemplar como los tanques de los Aliados irrumpían en la capital, curiosamente estando en vanguardia la 9ª Compañía de Infantería Española “La Nueve” compuesta por viejos enemigos republicanos de la Guerra Civil.

A finales de 1944 las Waffen-SS crearon la Unidad SS Española “Ezquerra” bautizada con ese nombre en honor a su comandante Miguel Ezquerra. Compuesta por 37 españoles que según el rango variaban en un oficial, dos sargentos, cinco cabos y veintinueve soldados, la formación fue integrada en la 28ª División SS de Granaderos Belga Valona “Wallonie” al mando del general León Degrelle y caracterizada por un símbolo identificativo que incluía la Cruz de Borgoña en honor a los Tercios de los siglos XVI y XVII, así como un escudo con los colores rojo y oro de la bandera española.

28º SS Division Wallonien

La Batalla de las Ardenas comenzada el 16 de Diciembre de 1944 cuando el Ejército Alemán desencadenó una ofensiva sorpresa contra el Ejército Estadounidense situado entre la frontera de Bélgica y Luxemburgo, fue la primera campaña de grandes dimensiones en la que participó Miguel Ezquerra. Al mando de la propia Unidad SS Española “Ezquerra”, los hispanos atacaron un campamento norteamericano con baterías de artillería que se situaba en la orilla opuesta del Río Mosa, donde tras infiltrarse y volar un depósito de municiones, acribillaron con sus fusiles y ametralladoras a todos los enemigos. 

Ezquerra enfermó por congelación de pie como consecuencia de una bota mal atada, por lo que fue enviado a Wiesbaden en Alemania y tratado por médicos que le amputaron dos falanges en tres dedos, por suerte suficiente para caminar y proseguir con la lucha en la contienda.

Batalla de las Ardenas

La Unidad SS Española “Ezquerra” fue enviada a finales de 1945 a combatir en la Batalla de Berlín con poco más de un centenar de españoles dirigidos por Miguel Ezquerra que mayoritariamente procedían de la Falange, la División Azul, la Organización “Todt”, la Guardia Civil o simplemente eran residentes en Alemania, así como algunos extranjeros que se adhirieron a los hispanos entre los que hubo diecisiete franceses, cuatro belgas valones y un suboficial letón.

Oficialmente el primer bautismo de fuego tuvo lugar recuperando la Plaza Mortiz con sus armas anticarro Panzerfaust, destruyendo cuatro tanques soviéticos T-34. 
A la mañana siguiente la Unidad SS Española “Ezquerra” al completo se movió hasta la cercana Plaza de Postdam, donde después de ocultarse tras los montones de escombros, dejaron pasar de largo a una columna de blindados enemigos, justo antes de que Ezquerra se levantara y con un Panzerfaust volase por los aire al primer carro que iba en cabeza. Inmediatamente el resto de españoles salió de sus escondites y aniquiló a toda la formación enemiga, destruyendo un total de quince tanques T-34 soviéticos.

Soldados rusos sobre un tanque en la batalla de Berlín

Gracias a la increíble victoria táctica de Miguel Ezquerra en la Plaza de Postdam contra el Ejército Rojo, él mismo Adolf Hitler le ordenó desplazarse hacia el búnker situado bajo la Cancillería para condecorarle con la Cruz de Caballero. Según la conversación que mantuvieron ambos, el Führer le expresó: “Enterado del bravo comportamiento de su unidad, le he concedido a usted la Cruz de Caballero, y además la nacionalidad alemana”. Sorprendentemente, la respuesta de Miguel Ezquerra respecto a lo de la concesión de la nacionalidad germana fue: “Continuaré siendo español mientras viva”.

El 30 de Abril de 1945 la Unidad SS Española “Ezquerra” protagonizó un asalto sobre la Plaza Wiilhelmplatz que terminó en fracaso porque las tropas soviéticas atrincheradas en la estación contigua abatieron a dos españoles y al suboficial letón, aunque durante la retirada hacia la Calle Friedrischsstrasse y el metro, Ezquerra cubrió la maniobra subido a un balcón desde el que mató con un subfusil a tres soldados rusos. Inmediatamente después de esconderse en la casa de un teniente coronel alemán con el que se dispuso a tomar la cena, un grupo de soviéticos irrumpió desde la planta baja, lo que obligó a Ezquerra a empuñar nuevamente su metralleta y acabar con varios de ellos. 

Una vez despejado el camino, Ezquerra montó en un sidecar para escapar hasta que justo antes de arrancar el motor, el conductor germano fue alcanzado por una bala, lo que le obligó a huir calle abajo junto a otro español que también resultó muerto de un disparo. Fue entonces cuando Ezquerra se refugió en la Cancillería y descendió hasta el búnker, donde se enteró que Hitler se había suicidado y además se cruzó con el Secretario General del Partido Nacionalsocialista, Martin Bormann, vestido de paisano para intentar sortear las patrullas rusas que vigilaban la capital (posteriormente fallecería en el intento). Así fue como sólo y sin saber a dónde ir, Ezquerra permaneció bebiendo licor en la Cancillería hasta que las tropas del Ejército Rojo entraron en el edificio y le hicieron prisionero.

Aliados investigando el búnker de Hitler en Berlín

Cautivo del Ejército Rojo en los primeros días de Mayo de 1945, Ezquerra tomó la determinación de que intentaría escapar hacia España o bien moriría en el intento. Así pues, desde su inicio como prisionero, Ezquerra se dedicó a buscar la forma de evadirse durante su marcha sobre Alemania Oriental.  Los pocos españoles que sobrevivieron pasaron 9 años en campos de prisioneros de la URSS. Ezquerra fue apresado y se ordenó su deportación a la Unión Soviética, pero logró escapar cuando se encontraba en Polonia.

La fuga sobre Polonia fue de las fases más complicadas para Ezquerra y sus amigos porque las patrullas del Ejército Rojo vigilaban todos los pasos y caminos. Fortuitamente el grupo de Ezquerra se encontró con un judío superviviente del Holocausto que sin saber que eran SS les proporcionó comida e incluso les acompañó un tramo del camino porque también intentaba alcanzar la seguridad de Europa Occidental. 

Milagrosamente pudieron abandonar Polonia y volver a Berlín. De nuevo en la capital de Alemania,  sería la embajada de Argentina a través de un refugiado de la antigua Unidad SS Española “Ezquerra” la que proporcionó documentación falsa a Ezquerra y los demás hispanos que finalmente dejaron atrás Berlín.

A mediados de Mayo de 1945, Ezquerra y los otros españoles que le acompañaban a bordo de un camión cruzaron la frontera del “Telón de Acero” a la altura de Magdeburgo. De hecho el que su nombre circulara en boca de numerosos soldados enemigos en Magdeburgo, llevó a Ezquerra a separarse de sus compañeros (ahora cada uno tomaría su propio destino) y a viajar hasta Bélgica.  Ezquerra abandonó Bélgica para viajar a Francia. 

Miguel Ezquerra años antes de su muerte

La llegada de Miguel Ezquerra a Burdeos constituyó una fatal sorpresa para él porque en Francia sabían de su presencia y su foto había sido colgada en todos los carteles, estando en la primera lista de personas a capturar. Afortunadamente un sacerdote católico le ayudó ofreciéndole un granero para dormir, aunque a la mañana siguiente Ezquerra tomó la determinación de marcharse de Burdeos y marchar a España directamente a pie.

Sufriendo molestas lluvias torrenciales a lo largo del trayecto y tras dormir incontables veces bajo árboles, consiguió atravesar una considerable cantidad de hectáreas de los Pirineos hasta que un buen día robó una bicicleta a un campesino y pedaleó todo lo deprisa que pudo en dirección Hendaya. A pesar de que tropas coloniales procedentes de Senegal salieron a buscarle, Ezquerra despistó a sus oponentes escalando y descendiendo montañas hasta que de pronto se encontró con una caseta y una línea divisoria custodiada por unos hombres con tricornios sobre la cabeza. Se trataba de Guardias Civiles, quienes nada más divisar a Ezquerra, acudieron a socorrerle y le introdujeron dentro del territorio español, dando por finalizada su increíble aventura.

Las hazañas arriba descritas Ezquerra se encuentran en el libro que el mismo escribió "Berlín: a vida o muerte", en el que narra sus experiencias durante la Batalla de Berlín. Se saben pocos datos sobre él respecto a su vida privada fuera de los campos de batalla. Ezquerra refirió siempre que recibió varios reconocimientos por su acción en batalla, así mismo sostiene que obtuvo la Cruz de Caballero de la Cruz de Hierro y la nacionalidad alemana otorgada personalmente por Adolf Hitler. No obstante, no se han encontrado registros que consten estas condecoraciones.

Falleció en Madrid en 1984, a los 71 años de edad, y fue incinerado. Desde 1995 sus restos reposan junto a los del resto de divisionarios en el Panteón de la División Azul del Cementerio de la Almudena, en Madrid.


Panteón de la División Azul

Algunos historiadores, como Kenneth W. Estes, cuestionan las afirmaciones hechas por el propio Ezquerra, ya que nunca se ha encontrado evidencia alguna que corrobore sus afirmaciones sobre el papel que desempeñó. Si bien nadie niega que estuvo presente en Alemania y que hubo una unidad de algún tipo que llevara su nombre, su rango real y participación en algunos eventos pueden ser cuestionados.

El historiador militar español Carlos Caballero Jurado especialista en la historia de la División Azul, ha calificado sus afirmaciones como «una desbordante fantasía», aunque reconoce como posible su participación en la Batalla de Berlín, añade que el encuentro con Hitler en el búnker donde unos días más tarde se suicidaría es básicamente mentira. «Puestos a inventar mentiras, mejor que estas sean muy grandes, pues las personas normales no pueden imaginar que nadie tenga tal desparpajo», añade el historiador español.

Así mismo, es muy cuestionable su participación en la Batalla de las Ardenas, por cuanto la División Wallonien, en cuyas filas supuestamente estaba integrada la llamada «Unidad Ezquerra», no participó en dicha batalla, además y teniendo en cuenta la gran bibliografía que existe actualmente sobre esta batalla, algún historiador habría escrito sobre su participación, especialmente si, como él dice, su unidad le hubiera causado más de 300 bajas al ejército norteamericano.

Finalmente, el historiador Antony Beevor, ha negado la participación de voluntarios españoles en la Batalla de Berlín calificándolo de simple mito, a este respecto Beevor comentó, en una entrevista a un diario españolː «En todos los papeles que he visto no hay ninguna mención a españoles de las SS. Tampoco había españoles en los contingentes de la SS Nordland». Así mismo negó que hubiera voluntarios españoles integrados en la División Carlomagno «No, esos soldados de las SS pertenecían a la División Carlomagno y eran todos franceses, no había ningún español. Entrevisté a su comandante, Henri Fenet».

Revista Interviu 1982

Miguel Ezquerra era un desconocido en la sociedad española hasta que en el año 1982, la revista Interviu lo entrevisto dándole una mayor fama nacional. Como si de una película de acción bélica se tratase, esta increíble historia es digna de ser contada. Mucha valentía o imaginación, saquen cada uno sus conclusiones...

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