CONQUISTA DE ORÁN, 16 de mayo de 1509

"Tras apenas dos o tres horas de combate, se produjeron de 4000 a 5000 bajas moras, por solo 30 españolas"

El cardenal Cisneros conquista Orán para Fernando el Católico. La ciudad estará ininterrumpidamente bajo dominio español durante cerca de doscientos años.

Conquista de Orán

El 2 de enero de 1492, los reyes católicos conquistan el reino nazarí de Granada cerrando así el periodo conocido como la Reconquista. 

La reina Isabel la Católica, fallecería el 26 de noviembre de 1504 a los 53 años de edad. En su testamento Isabel les pidió a sus sucesores que se esforzasen en conquistar para el cristianismo el Norte de África continuando la reconquista peninsular​ y que se convirtiese al cristianismo a los habitantes de América y se les tratase justamente.

Testamento original de Isabel la Católica

Será Francisco Jiménez de Cisneros quien hará más hincapié en realizar la voluntad de la fallecida reina Isabel. Este personaje será fundamental en la historia de la España de su tiempo. 1492 fue un año clave para nuestro Cisneros. Por recomendación de su protector, el Cardenal Mendoza, acepta el cargo de confesor de la reina Isabel. Desde esta posición estaría estrechamente unido a los asuntos políticos de la corona. En 1495 el propio papa, Alejando VI, lo nombra Arzobispo de Toledo. 

Cardenal Cisneros

Tras la conquista de Mazalquivir en 1505, y la toma del peñón de Vélez de la Gomera en 1508, el cardenal Cisneros, le propuso a Fernando el Católico una expedición de conquista de la ciudad costera de Orán, financiándola él mismo, con la condición de que la plaza tomada quedara bajo la jurisdicción de la Archidiócesis de Toledo. La intención de Cisneros era llevar a cabo el testamento político de Isabel la Católica de no cesar en el intento de cristianizar el norte de África. 

Cisneros ideó y financió la operación con sus rentas personales y fue tal su empecinamiento que el Rey Católico le permitió comandar la expedición, poniendo a su lado a un militar de experiencia como Pedro Navarro, veterano de las guerras de Italia junto al Gran Capitán. La relación entre ambos no fue precisamente buena. Al Gran Capitán le incomodaba la intromisión del religioso, de 73 años, en el mando militar de una empresa tan ambiciosa, pero Cisneros permaneció en ella hasta el final.

A principios de 1509, se empezó a reunir el ejército en el puerto de Cartagena. Las tropas se componían de castellanos, aragoneses e italianos. Castigando la subordinación y premiando la disciplina, Cisneros no tardó mucho en ganarse el respeto de sus tropas. El 16 de mayo de 1509 partió la armada de 15000 soldados, compuesta por 80 naos y 10 galeras acompañadas de naves más pequeñas​ en dirección a Mazalquivir, ciudad vecina a Orán.

Bandera del cardenal Cisneros

Orán se halla a un tiro de piedra de Mazalquivir, situada con una llanura al norte y una áspera sierra al sur, que se dirige en pendiente hacia Mazalquivir. Tenía una muralla robusta y dos castillos, que dificultaban enormemente un fácil acceso a la medina, de manera que podía defenderse con una guarnición pequeña. Y culminando la medina, se encontraba la alcazaba, el punto más fuerte y la residencia oficial del gobernador de la ciudad. 


La infantería española desembarcó antes del amanecer del día 18. Tras una misa solemne, los soldados formaron quedando a cargo de Pedro Navarro, mientras que el viejo cardenal quedaba en el fuerte de la ciudad. La caballería y la artillería tardaron algo más. Pedro Navarro emplazó seis piezas de artillería y con sus fuegos apoyó el avance de los españoles, que comenzaron a subir la sierra después del mediodía. Iban divididos en cuatro columnas y sin detenerse por la lluvia de piedras, saetas y balas que disparaban los moros, llegaron a la cumbre antes del anochecer. 

Durante la bélica travesía uno de los capitanes, Luis Contreras que era tuerto, fue abatido por una flecha enemiga. Le cortaron la cabeza y fue expuesta en público por las calles de Orán pensando que era la cabeza del mismísimo Cisneros. Esto hizo estallar el júbilo en los defensores moros y bajar un poco la guardia. La artillería marítima cristiana, empezó a hacer blanco en las defensas de la costa de Orán, facilitando el desembarco de más tropas para su conquista. 

Asedio de las tropas a Orán

Las tropas empezaron a trepas por las murallas y muros que defendían la plaza, pasando a cuchillo todo defensor que se ponía en su camino. Una vez dentro del recinto, abrieron las puertas de la ciudad  y el resto de los soldados pudieron penetrar sin problema. Los defensores moros abrumados por el empuje cristiano, se refugiaron en mezquitas y edificios fortificados. 

El rey de la vecina ciudad de Tlemecén fue en ayuda de los defensores. Observando la invasión desde unas montañas altas en la periferia de la ciudad, no se vio con la fuerza militar necesaria para invertir la situación. Por lo que optó volver a Tlemecén cargado de odio y asesinar a todo cristiano y judío que tenia preso en su ciudad. Orán fue dejada a su suerte.

Tras apenas dos o tres horas de combate, se produjeron de 4000 a 5000 bajas moras, entre ellos gran cantidad de civiles, por solo 30 españolas. Se obtuvo un gran botín en la ciudad con un monto de 500.000 escudos en monedas, mercancías, esclavos,  rehenes y algunos barcos.
Pedro Navarro tomó posesión de Orán en nombre del rey, por lo que la plaza pasaba a manos de la Corona bajo el mando de Cisneros. El día 18, después de haber tomado la plaza, el cardenal Cisneros entró en la ciudad procedente de Mazalquivir entre aclamaciones de los soldados y colocó la Santa Cruz en las murallas de la ciudadela. Liberó además a 300 cristianos que estaban presos en la ciudad. 

El cardenal Cisneros entrando en la ciudad de Orán

Tras santificar las mezquitas y dar las órdenes precisas de restablecer las defensas destruidas y construir un hospital, el cardenal se convenció de que debía regresar a España. Desembarcó en Cartagena para dirigirse a la Corte y decir allí que aquellos mares estaban por fin libres de peligros gracias a sus desvelos.

La política de expansión en el norte de África tomando plazas costeras sin penetración en el continente, continuó los años siguientes con las tomas de Bugía y Trípoli en 1510, y el vasallaje ofrecido al rey católico por parte de Túnez y Argel. Sin embargo, tras la Jornada de los Gelves y la participación de la corona española en la Santa Liga, la corona puso en segundo plano la denominada guerra de África, ante los prioritarios asuntos en Italia.

ResultadoVictoria española
Beligerantes
Pendon de los Reyes Catolicos.png Monarquía HispánicaDz tlem2.png Reino de Tremecén
Comandantes
Flag of Cardinal Cisneros.svg Cardenal Cisneros
Pendon de los Reyes Catolicos.png Pedro Navarro
Pendon de los Reyes Catolicos.png Alonso de Granada
Pendon de los Reyes Catolicos.png Diego Fernández de Córdoba
Fuerzas en combate
8000-12 000 infantes
3000-4000 jinetes
12 000 defensores
Bajas
Menos de 304000 masacrados
8000 prisioneros

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