LUIS CADARSO Y REY (1843 - 1898)

"Si sucumbimos, será con honor, y con gusto sacrificaremos la vida siempre que algo podamos hacer en beneficio de nuestra desventurada patria"

 El capitán de navío Luis Cadarso murió por España, en la derrota de Cavite, cuando intentaba evacuar el “Reina Cristina” su buque incendiado a causa de los 81 impactos recibidos.

Luis Cadarso y Rey

Cadarso Rey, Luis. Noya (Noya, La Coruña, 24 de noviembre de 1843 - Cavite, Filipinas, 1 de mayo de 1898)  a bordo del crucero Reina Cristina en Cavite (Filipinas).

Era hijo de Luis Cadalso y de Manuela Rey de Andrade. La familia Cadarso gozaba de una buena posición social; el padre, originario de la localidad navarra de Viana, llevaba asentado desde su juventud en Galicia, donde ejercía el Derecho, mientras que la familia de su mujer era de fuerte raigambre gallega.

Desde muy joven, el destino de Luis pareció hallarse en la mar, pues en enero de 1858, cuando contaba 14 años recién cumplidos, ingresó como aspirante en la Escuela Naval Militar en Marín (Pontevedra). Gracias a una Real Orden pudo ascender a Guardiamarina de 2ª Clase en julio de 1860, y tres años más tarde a Guardiamarina de 1ª. A partir de entonces, puede decirse que su ascenso fue meteórico. En julio de 1865 fue nombrado Alférez de Navío, y cinco años después obtuvo el grado de Teniente de Navío de 2ª.

Pocas semanas después, a la edad de 26 años, Cadarso contrajo matrimonio con Demetria de Andrés-Moreno Curiel. La pareja de recién casados se instaló en Ferrol, la principal base militar de la Armada Española en el norte peninsular, donde un año después nació su primera hija, a la que llamaron Luisa. Un año después, Luis Cadarso desempeñó un papel de suma relevancia en la ciudad gallega, cuando participó en la supresión de una sublevación republicana que intentaba desestabilizar la monarquía de Amadeo I. En agosto de de ese año vino al mundo su hijo, Luis Demetrio, pero la felicidad de la familia terminó abruptamente un año después con el fallecimiento de Demetria, a los 26 años de edad.


Es probable que Luis Cadarso encomendara el cuidado de sus hijos a algún pariente (quizás a su hermano Manuel y la mujer de éste) mientras centraba todos sus esfuerzos en encauzar su carrera política y militar, que le acabó destinando a Filipinas. Es probable que fuera en aquel país, entonces una colonia española, que conoció a la que sería su segunda esposa, María Natalia Fernández de Cañete Vida, de familia granadina. El matrimonio permaneció en Filipinas durante la siguiente década, pues fue allí donde parece que nacieron sus cuatro hijos: Luis, Carmen, Natalia y Emilio. 

En enero de 1878, residiendo en Filipinas, fue ascendido a Teniente de Navío de 1ª, y en abril de 1887 a Capitán de Fragata, seguido por el grado de Capitán de Navío en julio de 1895. Todo ello permitió que durante su dilatada carrera, Cadarso participase activamente en varios frentes y campañas militares, como la guerra del Pacífico. Fue precisamente en esta zona geográfica que nuestro protagonista desempeñó su primer cargo político, como gobernador de las Islas Carolinas (actualmente parte del Estado Federado de Micronesia) entre 1887 y 1891. demostró un singular celo y amor al servicio de su país, además de notables aptitudes para el mando y un espíritu enérgico enmarcado por la disciplina militar. Su hoja de servicios da fe de su espíritu «noble y caballeresco».

Militares del ejército en Filipinas

Debía de rondar Cadarso los 50 años cuando enviudó por segunda vez, pero el impertérrito noyés decidió contraer matrimonio una vez más en torno al año 1896, esta vez con Petronila de Sévigné Huesa, una navarra 28 años menor que él. 

El 15 de febrero de 1898 el Maine, un buque de guerra americano estacionado en la Bahía de La Habana, explotó causando la muerte de 266 marines. El gobierno de Estados Unidos acusó a España de haber urdido un plan de ataque contra los americanos, y pronto la tensión desembocó en una declaración de guerra. La contienda entre España y Estados Unidos, primera y única vez que ambas naciones han mantenido un enfrentamiento bélico, fue percibida por los intelectuales españoles como una guerra patriótica en la que no sólo el prestigio y la estabilidad, sino la gloria y el pasado histórico del país estaban en juego. Sin embargo, quienes conocían bien las limitaciones armamentísticas y logísticas de España no se hacían falsas ilusiones.

Explosión del Maine

En abril de 1898 Luis Cadarso tuvo tiempo para escribir unos renglones a su familia en Noya antes de que partiera un vapor-correo francés rumbo a Europa. Serían sus últimas comunicaciones con Noya. Una de sus cartas, dirigida a su hermano Manuel (quien, sin saberlo Luis, había fallecido un mes antes), rezaba así:

«Mi querido Manolo: Ignoro si me será posible escribiros en adelante. Han llegado las cosas á un punto en que no me es dado saber lo que será de mí. Rotas las relaciones diplomáticas entre nuestro Gobierno y los Estados Unidos, esperamos de un momento a otro la declaración de guerra, y como la escuadra americana está lista para atacarnos con seis barcos (cuatro de ellos acorazados), nos disponemos a batirnos aun cuando no tengamos ni un barco con protección. En el momento que sepamos la salida de la escuadra americana saldremos, este crucero y los «Isla de Cuba», «Luzón» y «Castilla» para el inmediato puerto de Subic, en donde obraremos según los exijan las circunstancias, y tendremos que aceptar tan desigual lucha por decoro nacional. La imprevisión de nuestros gobernantes nos han conducido á esta enojosa situación. No obstante, si sucumbimos, será con honor, y con gusto sacrificaremos la vida siempre que algo podamos hacer en beneficio de nuestra desventurada patria. La pobre Nila [su tercera esposa, Petronila], inconsolable, y me veo en la necesidad de depositara en el colegio de Santa Isabel, en donde estuvieron algún tiempo Natalia y Carmen [sus hijas habidas de su segundo matrimonio]. Te desea restablecimiento de la vista y buena salud tu hermano, que te envía un cariñoso abrazo. Luis. Manila 21-4-98

Cadarso quedó al mando del Reina Cristina, que pertenecía a la escuadra liderada por el Almirante Patricio Montojo, la cual se había desplazado a Filipinas para enfrentarse al enemigo procedente de Hong Kong. Los combatientes se posicionaron el 30 de abril en la Bahía de Cavite, frente a la ciudad de Manila, pero no fue hasta la mañana del 1 de mayo que se oyeron los primeros disparos y detonaciones. Los estadounidenses, que dispararon hasta nueve veces más proyectiles que los buques españoles gracias a sus cañones de tiro rápido, consiguieron que Montojo se lanzase con sus barcos insignia Reina Cristina y el Don Juan de Austria armados de tubos lanzatorpedos para así torpedear el buque insignia del enemigo Dewey. Sin embargo, una lluvia de proyectiles americanos detuvo el ataque español, averiando gravemente la escuadra de Montojo, y forzando la retirada hacia la línea española bajo fuego estadounidense. Como resultado, los dos cruceros españoles Reina Cristina y Castilla resultaron incendiados, mientras que el Ulloa y el Marqués del Duero sufrieron daños considerables. En el caos que acompañó a la situación, una granada enemiga cayó sobre el Reina Cristina, alcanzando a Luis Cadarso, que murió en el acto. Su buque quedó semihundido e inservible.

Buque Reina Cristina

La batalla de Cavite se saldó con unos 60 muertos españoles. Montojo, que logró sobrevivir a pesar de haber sido alcanzado en una pierna, fue encausado y expulsado de la Armada por haber abandonado a su escuadra antes de haber finalizado el combate, pero fue readmitido más tarde en la reserva; falleció en 1917. Mientras, la guerra contra Estados Unidos se prolongó varios meses, desarrollándose principalmente en el Caribe. La Paz de París acabó por confirmar la victoria americana, y España se vio forzada a ceder sus últimas colonias históricas: Puerto Rico, Guam, Cuba y Filipinas fueron inmediatamente ocupadas por Estados Unidos. De forma paralela, varias colonias españolas en el Pacífico (incluidas las Islas Carolinas, aquel archipiélago que Luis Cadarso había gobernado antaño) fueron vendidas al Imperio Alemán por 25 millones de pesetas.

El Reina Cristina tras la batalla

Dado su sacrificio y heroica muerte, la figura de Luis Cadarso fue alabada en toda España. Por el gran valor demostrado durante la batalla de Cavite, en la que perdió la vida, fue ascendido a título póstumo a Almirante. Tiene un monumento dedicado a su memoria en su localidad natal, es mencionado en el monumento a los Héroes de Cavite y Santiago de Cuba de Cartagena y sendas calles de La Coruña, Madrid y Valencia llevan su nombre.

Por otra parte, dos buques de la Armada fueron bautizados en su honor, el destructor de la Clase Bustamante Cadarso (C) y el patrullero de la Clase Lazaga Cadarso (P-03).

Publicar un comentario

0 Comentarios

EVOLUCIÓN DEL IMPERIO ESPAÑOL

EVOLUCIÓN DEL IMPERIO ESPAÑOL